miércoles, 3 de febrero de 2010

Desesperación

Cuando cierro los ojos todo parece consumirce, esa voz que siempre me está regañando por fin se calla y el silencio lo invade todo... Al fin hay paz.
Los suaves toques del agua bajando por mi piel comienzan a crisparme los nervios... Es cierto, no oigo nada, no veo nada, pero nadie dijo nunca que iba a dejar de sentir, y ahora estoy comprobando en mí misma porque es que no lo hicieron...
"Es que no vas a dejar de hacerlo"
Dijo esa voz que creí, callaría para siempre...
"Vas a sentir hasta la última gota bajándote por el cuerpo, y no podrás arrancarte en medio como sueles hacer cuando algo te molesta..."
Una persona sonriendo, una persona mostrándome sus manos ensangrentadas y con una amplia sonrisa en el rostro...
- Ya basta... - mi propia voz rompió el silencio - Déjame... Yo no me escapo... Nunca pretendo hacerlo...
"¿Qué crees que estás haciendo ahora?"
- Escribiendo un epílogo - odié como sonó lo que dije, parecían ser monosílabos hechos palabras sólo por el conociento de lenguaje más que por como sonaron.
"Yo no veo letras"
- Yo...
"Tú tampoco lo haces, tú ves oscuridad"
Es cierto, veía oscuridad, pero lo que fue reconfortante hace unos instantes ahora era asfixiante...
"Ahora me vas a decir que pensaste que te dejaría"
- Yo nunca...
"Pero sí creíste que me callaría... ¿A qué le temes?"
- No le temo a nada...
El agua se escurría por mis brazos y el líquido caliente que manaba de ellos contrastaba al contacto gélido...
"Sí lo haces"
- Yo sí veo letras.
La persona sonriendo otra vez acudió a mi mente, ésta vez me enseñó sus muñecas...
"Así se hace ¿Eso te dijo verdad?"
- No... Ella dijo...
"¿Ella?"
Es cierto, esa persona soy yo... El reflejo del espejo de pronto se aclaró y me vi de la peor forma posible, la voz en mi interior pareció reírse conforme y feliz.
"Ahora asfíxiate entre medio de las letras de tu epílogo"
El agua rebalsó la tina, y ya no tuve fuerzas para salirme...